La evasión de impuestos en México, además de sanciones a evasores, tiene una serie de consecuencias negativas que afectan tanto al gobierno como a la sociedad en general:
Menor recaudación fiscal: La evasión de impuestos reduce los ingresos del gobierno, lo que limita su capacidad para financiar programas y servicios públicos, como educación, salud, infraestructura, seguridad pública, entre otros.
Desigualdad económica: La evasión de impuestos contribuye a la desigualdad económica al reducir los recursos disponibles para programas de asistencia social y redistribución de la riqueza. Esto puede aumentar la brecha entre los sectores más ricos y los más pobres de la sociedad.
Desconfianza en las instituciones: La percepción de que algunos individuos o empresas evaden impuestos socava la confianza en las instituciones gubernamentales y en el sistema tributario en su conjunto. Esto puede generar una sensación de injusticia y falta de equidad, minando la legitimidad del gobierno.
Competencia desleal: Las empresas que evaden impuestos obtienen una ventaja competitiva injusta sobre aquellas que cumplen con sus obligaciones fiscales. Esto distorsiona el mercado y puede dificultar el crecimiento y la supervivencia de empresas honestas.
Menos recursos para inversión pública: La evasión de impuestos reduce la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura y servicios públicos que son fundamentales para el desarrollo económico y social del país.
Aumento de la carga fiscal para contribuyentes honestos: Cuando algunos evaden impuestos, el gobierno puede verse obligado a aumentar las tasas impositivas para compensar la pérdida de ingresos, lo que puede afectar negativamente a los contribuyentes cumplidos.
En resumen, la evasión de impuestos debilita la capacidad del gobierno para proporcionar servicios y programas públicos, promueve la desigualdad económica y socava la confianza en las instituciones. Es un problema que afecta negativamente el desarrollo y el bienestar de la sociedad en su conjunto.

En México, los evasores fiscales pueden enfrentar una serie de consecuencias y castigos, que pueden incluir:
Multas: Los evasores fiscales pueden ser sujetos a multas proporcionales al monto de impuestos no pagados o declarados incorrectamente.
Recargos: Se pueden aplicar recargos sobre los impuestos no pagados dentro de ciertos plazos establecidos por las autoridades fiscales.
Embargo de bienes: Las autoridades fiscales pueden embargar bienes del evasor para asegurar el pago de los impuestos adeudados.
Proceso penal: En casos graves de evasión fiscal, los evasores pueden enfrentar procesos penales que podrían resultar en sanciones más severas, incluyendo prisión.
Sanciones administrativas: Además de las multas, pueden aplicarse sanciones administrativas que pueden incluir la suspensión de actividades comerciales o la cancelación de registros fiscales.
Es importante tener en cuenta que las consecuencias y los castigos específicos pueden variar dependiendo de la gravedad del fraude fiscal y de las leyes fiscales vigentes en México en un momento dado. Además, las autoridades fiscales pueden implementar programas de regularización para alentar a los contribuyentes a corregir sus situaciones fiscales sin enfrentar las sanciones más severas.